El México que amo es el que porta con orgullo una X enorme al centro porque es como su significado, el ombligo de la luna. Es un México de colores, de texturas, como sus collares de chaquiras, sus trajes bordados y sus rebozos, sus paisajes, sus flores, sus mercados. Es un México de contrastes, de raza pura pero que recibe con brazos abiertos a otras culturas, aprende de ellas y las acoge para que se sientan en casa. Es un México de tradiciones arraigadas, de historias y leyendas, de magia pero también de fé que mueve masas kilómetros y kilómetros para venerar a sus milagros.
El México que amo es el de gente que trabaja, de rostros tostados por el sol, de manos partidas por el campo, pero también de Maestros, abogados, doctores, ingenieros, arquitectos y gente preparada y dispuesta. En el México que amo se siente el arte. Sus artistas le cantan al tequila, al dolor de su tierra, al amor sentido y al no correspondido, le escriben a los amorosos, a sus aves, a su bandera, le pintan a su lucha, a su duelo, a su libertad.
El México que amo es el se ríe de la muerte, de las desgracias y se inventa pretextos para estar de fiesta, cantar con sus mariachis, su banda, su rock y su trova. Tomar su cerveza y su tequila. Este México está custodiado por mares azules, verdes y de 7 colores, bosques frondosos, selvas espesas, montañas y volcanes. Es un México de antojos y lo representan sus sabores, fuertes y condimentados como el mole, así como sutiles y delicados como un helado de pétalos de rosa. En sus recetas está su historia, sus tradiciones orales, las horas en familia, los días con amigos, los aromas, los recuerdos.
Aunque hoy me duele, este es el México que también existe y que amo…
Y para celebrar a México les dejo esta receta deliciosa de Menudo o pancita.
Para quienes no estén familiarizados con el plato, aunque se come en varios países de habla hispana el menudo se hace con el estómago de res. En este caso yo ya la compré lavada y hervida. Así la venden en los mercados o en los supermercados.
MENUDO O PANCITA DE RES.
Un kilo de panza de res cocida
El jugo de dos limones
5 jitomates saladet
4 tomates verdes
De 5 a 10 chiles de árbol (depende de la cantidad de picor que les guste)
Un cuarto de cebolla
2 dientes de ajo
Una cucharada de aceite vegetal.
Oregano
Cilantro
Limón
Cebolla picada.
En este caso salto el paso de hervir la panza por que ya la compré cocida, en caso de que no la consigan así, se pone a hervir con sal, cebolla, ajo laurel y una rama de orégano por hora y media o hasta que esté suave.
como yo la encontré cocida omitimos este paso lo único que vamos a hacer es poner la pancita ya cocida y cortada en cuadritos en una olla con agua tibia, el jugo de dos limones y un poco de sal y la dejamos por media hora para quitar cualquier olor.
Aparte asamos los jitomates, el tomate, la cebolla y el ajo y molemos todo con los chiles remojados en agua caliente y a los que previamente le quitamos las semillas.
En la cucharada de aceite freímos la mezcla molida y dejamos sazonar hasta que cambia de color. Agregamos agua suficiente cuidando que quede una mezcla no muy espesa, casi caldosa, agregamos la panza ya enjuagada, una cucharada de consomé de pollo en polvo, sal al gusto, orégano suficiente pero no en exceso por que puede amargar y unas ramas de cilantro, dejamos hervir la mezcla por un ratito hasta que esté bien sazonado y la pancita haya tomado el sabor de la mezcla.
Servimos bien caliente con cebolla, orégano, limón y tostadas.
